En esta sección encontrarás miles de preguntas de Lectura Crítica, cómo resolver cada una de las preguntas y la respuesta correcta.
Tendrás cuatro opciones en cada pregunta, intenta contestar correctamente y si no lo haces, tendrás la opción de ver la solución o escoger otra respuesta.
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El clis del sol.
Ñor Cornelio vino a verme y trajo consigo un par de niñas de dos años y medio de edad, como nacidas de una sola “camada” como él dice, llamadas María de los Dolores y María del Pilar, ambas rubias como una espiga, blancas y rosadas como durazno maduro y lindas como si fueran “imágenes”,
Contrastaban la belleza infantil de las gemelas con la sincera incorrección de los rasgos fisionómicos de ñor Cornelio, feo si los hay, moreno subido y tosco hasta lo sucio de las uñas y lo rajado de los talones. Naturalmente se me ocurrió en el acto preguntarle por el progenitor feliz de aquel par de rubias.
El viejo se chilló de orgullo, retorció la jetaza de pejibaye rayado, se limpió las babas con el revés de la peluda mano y contestó:
—¡Pos yo soy el tata, más que sea feo el decilo! No se parecen a yo, pero es que la mama no es tan pior, y pal gran poder de mi Dios no hay nada imposible.
—Pero dígame, ñor Cornelio, ¿su mujer es rubia, o alguno de los abuelos era así como las chiquitas?
—No, ñor; en toda la familia no ha habido ninguna gata ni canela; todos hemos sido acholaos.
—Y entonces, ¿cómo se explica usted que las niñas hayan nacido con ese pelo y esos colores?
El viejo soltó una estrepitosa carcajada, se enjarró y me lanzó una mirada de soberano desdén.
—¿De qué se ríe, ñor Cornelio?
—¿Pos no había de rirme, don Magón, cuando veo que un probe inorante como yo, un campiruso pión, sabe más que un hombre como usté que todos dicen que es tan sabido, tan leído y que hasta hace leyes onde el presidente con los menistros?
—A ver, explíqueme eso.
Gonzalez Celedón, m (1935)
Tomado de http:/cuentos de latinoamerica.blogspot.
En el enunciado Soltó una estrepitosa carcajada, la palabra estrepitosa puede reemplazarse por:
A: Magnífica.
B. Silenciosa.
C.Desesperante.
D: Escandalosa.
El conocimiento no consiste en una serie de teorías autoconsistentes que tiende a converger en una perspectiva ideal; no consiste en un acercamiento gradual hacia la verdad. Por el contrario, el conocimiento es un océano, siempre en aumento, de alternativas incompatibles entre sí (y tal vez inconmensurables); toda teoría particular, todo cuento de hadas, todo mito, forman parte del conjunto que obliga al resto a una articulación mayor, y todos ellos contribuyen, por medio de este proceso competitivo, al desarrollo de nuestro conocimiento. No hay nada establecido para siempre, ningún punto de vista puede quedar omitido en una explicación comprehensiva (...).
Expertos y profanos, profesionales y diletantes, forjadores de utopías y mentirosos, todos ellos están invitados a participar en el debate y a contribuir al enriquecimiento de la cultura. La tarea del científico no ha de ser por más tiempo “la búsqueda de la verdad”, o “la glorificación de dios”, o “la sistematización de las observaciones” o “el perfeccionamiento de predicciones”. Todas estas cosas no son más que efectos marginales de una actividad a la que se dirige ahora su atención y que consiste en “hacer de la causa más débil la causa más fuerte”, como dijo el sofista, “por ello en apoyar el movimiento de conjunto”.
Adaptado de: Paul Feyerabend (1986). Tratado contra el método. Madrid,: Técnos, pp.14-15.
¿Cuál de las siguientes opciones describe mejor la relación entre el contenido del texto y el título de la obra de la que se extrajo?
A. El texto introduce la propuesta de un nuevo método para la investigación científica, diferente del tradicional.
B. El texto ataca diferentes ideas a propósito de qué es aquello en lo que consiste el llamado “método científico”.
C. El texto crítica concepciones del conocimiento científico, el cual se ha concebido como resultado de un método.
D. El texto argumenta a favor de la pluralidad de métodos disponibles para que cada ciencia alcance sus verdades.
Mario Díaz, estudiante de 5º, quiere vender sus textos escolares de grado cuarto para poder comprar los de quinto. Como primero debe ofrecer sus textos, puso el siguiente aviso clasificado en la cartelera del colegio:
Vendo textos de ciencias y lenguaje de 4º. Interesados, buscarme en el salón de 5º . Mario Díaz.
Frente al texto de Mario tú dirías que:
A. no es adecuado porque no se dirige a nadie.
B. cumple con el tema y el propósito propuesto.
C. se le debe quitar la segunda línea porque no es importante.
D. no cumple con el propósito y no es clara la información.
Un extraterrestre vino a visitar el planeta Tierra y se asombró al ver que los humanos nos bañábamos. Él también quería bañarse y le pidió a Fredy, un estudiante de quinto, que le dijera por escrito los pasos para uno bañarse. Fredy señaló los siguientes pasos:
1. abrir la ducha; 2. quitarse la ropa; 3. secarse con una toalla; 4. enjabonarse y enjuagarse; 5. Mojarse;
Para que el extraterrestre pueda bañarse correctamente, el orden adecuado de los pasos sería:
A. 1,5,2,3,4.
B. 2,3,4,1,5.
C. 2,1,5,4,3.
C. 2,1,5,4,3.
PRIMERA MEDITACIÓN (…) Con todo, debo considerar aquí que soy hombre y, por consiguiente, que tengo costumbre de dormir y de representarme en sueños las mismas cosas, y a veces cosas menos verosímiles, que esos insensatos cuando están despiertos. ¡Cuántas veces no me habrá ocurrido soñar, por la noche, que estaba aquí mismo, vestido, junto al fuego, estando en realidad desnudo y en la cama! En este momento, estoy seguro de que yo miro este papel con los ojos de la vigilia, de que esta cabeza que muevo no está soñolienta, de que alargo esta mano y la siento de propósito y con plena conciencia: lo que acaece en sueños no me resulta tan claro y distinto como todo esto. Pero, pensándolo mejor, recuerdo haber sido engañado, mientras dormía, por ilusiones semejantes. Y fijándome en este pensamiento, veo de un modo tan manifiesto que no hay indicios concluyentes ni señales que basten a distinguir con claridad el sueño de la vigilia, que acabo atónito, y mi estupor es tal que casi puede persuadirme de que estoy durmiendo. Tomado de: Descartes, R. (1982). Meditaciones filosóficas. Anagrama, Madrid.
2. Si suponemos que Descartes tiene razón, se podría concluir que:
A. es fácil distinguir con certeza qué es real y qué no lo es.
B. no hay un criterio definitivo para saber qué es real y qué es fantasía.
C. cuando se cree estar despierto se enfrenta la realidad y no la fantasía.
D. hay que asegurarse de estar dormido para conocer la realidad.